Es Amargo darse cuenta,
– al fondo del pasillo cuelga un alma
que no sabe del paso del tiempo-
y , de nuevo, volver a cerrar los ojos.
Es amargo saber lo que no debías saber
si tienes la esperanza de ser uno más,
sin aspiraciones nubosas, solo la carne y el sueño.
Uno más. Y diluirte , sin disfraz,
entre la gente que observas a diario desde el alféizar.
Admitir la derrota no es cobardía
te lo enseña la historia de tus padres:
¡las posibilidades de triunfo no existen!
y hay que seguir viviendo entre las piedras
y hay que seguir muriendo con las manos sin dedos
Tengo las uñas de goma plástica
los labios están pintados sobre mi cara .