En esta noche no hay demonios, no hay noche.

En esta noche no hay demonios, no hay noche.

Miro

A través del cristal heredado:

Un árbol, y otro y otro y otro

La noche no es el amor.

Algunas arterias se hacen mar:

¡ ay de los ahogados !

me acompañan las voces:

cantos y gritos

hacen mi historia.

Aquí hay manos libres.

Las hojas blancas son el pasado.

¡ Adelante ¡

Se crean las cosas …

Se cruzan las miradas…

Se ríen y cantan las bocas…

Otra vida y otra historia.

Quizás

dedos que saltan o aureolas.

Una mano tras otra: las uñas podadas.

No hay demonios ni hay nadie.

Odio amor. Es todo.

Sé algo sobre el amor

Ese amor que hace que la luz luzca

Y que los colores brillen altos.

El amor que hace que las manos

Contengan fuego

Y que los gigantes mueran para dejarnos paso.