Cierro los ojos:
cien sueños en marabunta cerebral,
mi libertad :Ulises
ellos: yo
(no recuerdo quién volvió la cabeza,
si fue Ulises he perdido)
Encadenado,
somnolienta odisea sin control consciente,
libre de cabeza, tronco y extremidades,
solo un dado de mil caras revolviéndose en mis estómago.
El sueño vuela.
Manos crispadas al amanecer,
algo de sudor frío en la espalda
y tan sólo un leve recuerdo de vida espacial.
La estrella ya es sol
pero alguna luz eclipsa a la estrella.
Una mano se extiende bajo las sábanas
buscando el placer directo.
No solo de sueños vive el hombre.
Es un juego de azar
AMALIO GRAN
14-5-80—–I’30