Poesía 8

Nunca

hubo números

ni pesos ni medidas

bastantes.

¿No te sobró el amor?

 -golpeabas en mis oídos al huir-.

Nunca habrá números.

En la rama rota

bailaba el pájaro.

Cayó.

¿Tendrás alguna vez sombras de amor?

-gemías-.

El número se hizo ceros.

Un millón de multitudes

agolpadas en mis labios:

deberás buscarme en cada beso

-yo

soy todos-.

Y, en cada uno

te sigo mintiendo.

La matemática

(¿cuánto?)

engaña.

Volvamos a empezar:

uno más uno

es la mitad de siempre.

AMALIO GRAN