Al fondo de la noche, el gris.
Por entre la niebla artificial
parpadean luces de vez en cuando:
Cada luz una vida sumida en la indiferencia.
Cada luz mil hogares desnudos.
Cada luz es el reflejo de una luz que ya no existe.
Camino a través del humo humano
-bajo los cíclopes se aúna la vida-
en compañía de otros colores,
reflejos microscópicos casi anulados
en el monumento de asfalto y hormigón
con que han castrado el frescor cálido del ladrillo.
Al fondo del gris, el gris.
Un grito de edificios rompe
nuestros tímpanos de yerba.
Al fondo de la ciudad, el pueblo sordo.
AMALIO GRAN -14-9-82