La escalera

(Poetización del silencio en tres actos)

I. (acto primero)

Hay veces en que muero de perfil.

Otras soy todo oídos y reojos

pintándole humedades a un espejo

rayado ya de tanto repetirme.

II. (acto segundo)

Es lo que tiene de crudo el silencio

que me vigila desde los desagües:

Sabe que, como el agua, he de seguir

subiendo y bajando luego a empellones

esta misma razón estenosada

de coagularme en balde los excesos,

esta escalera seca de rellanos

que me encalva la voz en cada paso.

III. (acto tercero)

Ese crudo lugar fuera del cosmos

al que fuiste arrojado por la duda

como un Adán, para volverte un niño

ensimismado, un joven melancólico

o ese hombre que picotea en su pecho

las indigestas migas del tormento.

Ese crudo lugar que no es espacio

sino el volverse -gemebundo e incauto sobre

un yo indescifrable,

un petit dieu que ha ingurgitado el mundo

y se ha quedado a solas

con la estólida voz de su memoria.

                                      Juan Carreño Aguado

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