Un pájaro de papel en el pecho
Me dice que el tiempo de los besos no ha llegado
Que se ha parado donde la risa, donde el sentir,
Que detenido está donde la brisa se junta con el
mar.
Me dice que los besos ardientes: tus besos
Están llenos de calor, iracundos y desenfrenados,
lujuriosos
Hermanos de las cumbres blancas, de noches únicas
de nubes espumosas
¿Aún castigáis mi corazón repleto de amor?
¿No véis todavía?
La sombra sabe de soledades y de abandonos. Y ve.
Sabe y me dice: que el agua ya no recorre los ríos
Dice que los mares están secos y los aires sucios.
Que la paloma ya no se equivocará, dice que ya no.
Nunca más. No.
El ave con lágrimas de piedra, me dice con voz tenue
Que ya no podrá emprender de nuevo el vuelo. Sus
alas están quemadas.
Que se las quemó la gente honrada, la gente honrada.
Sol!
Y que sus plumas ya no volverán a nacer, al brillo de
las estrellas.
Un pájaro de papel en nuestros pechos
Nos dice que los tiempos del beso, aún no han llegado
Pero nos jura que ya han partido, amor.
Que están en camino, en ruta hacia nuestros ojos
y dice que no pararán hasta llenarlos.
(2 primeras estrofas de Vicente Aleixandre)