No serás tú ni el rayo
quien deje constancia amarga
de las sombras sin memoria
en mi alma.
No serás tú
quien incinere estos versos.
Serás
ese camino por andar,
esperando abierto a mis dedos
las pisadas y las letras.
Serás crepúsculo de mis dolores
de mis pesadas esperas
y de mis quejas.
Serás, luz en la era oscura, mi luz.
Y en mi calmado ánimo,
cuando las preocupaciones se diluyan en ti,
sorberé la savia de tu cuerpo
con avaricia.
AMALI0 GRAN