Que ya no mojo mis ojos
en lágrimas
que ya no.
Que ya no hundo mis labios
en la tierra,
no, ahora ya no.
Ya no quiero bailar
al son de los hombres,
por fin no, ya no.
Y si un niño
reptando alegre
quiere subir
al sol y a la nube
déjale,
que desde lo alto
verá la siembra,
las manos verá
hundirse en la tierra,
y un brote de jazmín
al nacer
se hará pájaro,
para volar al sol y a la nube.
Dejadles:
que juntos verán el día