1
¿Qué le ocurre al silencio
que de repente cruje como un mástil al viento
y retumba en los tímpanos con un rumor de arena?
¿Qué fue de sus promesas de acolchar las paredes,
de sepultar latidos bajo las escaleras,
y apaciguar las noches con sus pasos de musgo en las alfombras?
¿No habíamos pactado habitar el otro lado,
ese donde no existen heridas en la lengua y palabras que acuchillan,
ese donde no escuecen las gargantas?
¿Por qué de pronto huye tras la ventana abierta
y me muestra retazos de murmullos y ecos
a sabiendas de que no es lo acordado?
¿Qué ocurre, que cimbrea
su cintura de oxígeno por la faz de la tarde
y emite tintineos el vuelo de su falda?
¿Qué sucede, que siento
un borboteo de agua más allá de los muros
y un chirriar de bisagras en las puertas?
¿No habíamos quedado en refundir
una alianza perpetua, total, insobornable,
en ahuecar los días debajo de sus alas?
¿Qué le ocurre al silencio
que se zambulle a veces en bravos oleajes
y enmascara el estruendo con su antifaz de hiedra?
2
Algo le ocurre, sí.
Algo que nunca tuve en cuenta
y que ahora se escapa entre los dedos sin poder evitarlo.
Algo que le ha contado
esa mirada azul que me encontré en la calle
(esa que ahora persigo en los espejos).
Yose Álvarez-Mesa