Voces

Hay tantas voces que gritan
en la selva de mi pecho,
donde el barro y las promesas
se secan bajo un techo
de mentiras, de esperanzas,
de un mañana que ya es viejo.


Los niños juegan a ser héroes,
en un mundo de cartón,
donde el hambre es la moneda
y se paga con traición.
Sus risas son de papel
en los sueños de los otros,
porque el silencio se hace espada
en los labios de los rotos.


Hay tantas voces que no hablan,
porque el miedo las devora,
y en cada esquina de mi alma
siento el filo de la aurora.
Pero no callo, ¡no puedo!,
mi garganta es la bandera,
que ondea en los desiertos
de una tierra prisionera.


Se alzan los poetas viejos
desde el polvo de sus letras,
y en sus manos la condena
se convierte en dulce guerra.
Las palabras, balas frías,
disparadas sin clemencia,
golpeando al que olvida

José Manuel Gómez Hernández