En el país de la pereza

En el país de la pereza

Manuel Luque Tapia

 

Amanece otro día en que no estaré invitado ni un instante a ser feliz

Jaime Gil de Biedma

 

¿Cuántas personas

se prostituyen cada día con la pereza? ¿Cuántas?

 

No es vida,

es apatía y desánimo lo que cada día inhala su pecho,

lo que a diario

fecunda su cerebro mancillado de desgana.

 

Y tú, cuántas veces izas al viento
la pereza en tu mano,

en lugar de ser ala de pájaro

que aviente al aire tu brío y ejecute tus sueños.

 

Cuántos días

te has amancebado con la indolencia,

cuántas con la desidia eterna

y los ojos cerrados a la vida,

que incluso has amanecido con ellos

como soles ciegos,

tratando de evitar la luz,

de repudiar los colores de la vida

en un arco iris nulo de esperanza.

 

Y te vences,

piensas que este-desinterés

que alimenta tu día a día

es una cruz

que el destino ha colgado a tus espaldas

y que debiste nacer de otro vientre

y ser otro que no tú:

relámpago fallido, burla de torbellino,

ciclón marchito, fetiche que rompe sueños,

poesía jamás imaginada, inconcluso latido, de

proyecto fantasma y engaño de brío.

 

Cuántas horas del día

yaces postrado en un sillón

donde la quietud, manceba de la muerte,

se adueña de ti

y usurpa tu ánimo de hacer y resolver,

y donde a veces, incluso,

quisieras no respirar para desvalijar tu existencia.

 

Cuántas veces

piensas que equivocaste tu destino de universo

al ser ciudadano de ese miserable país de la pereza

que habitas,

cuántas veces al día deseas que te lleven

hombros de la vida al reposo,

aun sabiendo que no es esa que vives

manera de vivir sino de morir,

ni esa que te guía

manera de ser sino de no existir.

 

Pero no te venzas, amigo, toma las riendas de

ese palafrén moribundo y aprieta las espuelas

contra los costados para que renazca el pura

sangre que llevas dentro,

es preciso que no te rindas a la desgana,

sumérgete por debajo de cada cráter abierto

por la indolencia, y como un volcán recién

eclosionado, sal con la vida a la vida.