Te amo
como se aman las sombras.
Allá el espacio,
aquí los cuerpos.
De un misterio a otro
solo hay un beso,
de un cuerpo a otro cuerpo
solo el vacío.
Y, en medio de los sueños,
otro sueño.
Medito en algo inmedible,
inmutable al tiempo,
absurdo y sereno
como la fe y la fuerza del hombre.
Así: el futuro,
(un ruido por relámpago),
un vertiginoso descenso
de inesperados montes:
un oleaje de incertidumbre
espumeando sobre las posibles verdades.
Te sigo amando
como cada vez que paso la página
de mi libro más querido,
como cada vez que leo mis poesías
o las rompo.
Yo, te amé más allá de lo que otros llaman amor,
con palabras diferentes,
con golpes en el recuerdo, como si fuera el fin.
Tanto como te olvido, te quise.
AMALIO GRAN