En el principio no había curas, ni
militares , ni políticos, ni…pero eso es otra historia.
Éramos, en el principio éramos.
,pero, como al parecer nos aburríamos de ser
felices empezamos a inventar. A inventar cosas. Y, como
todas las demás cosas, inventamos los dioses. Que , a
qué negarlo, comenzaron siendo más bonitos y poéticos
que todopoderosos (el fuego, el sol, la tierra, el aire, aquel
pájaro tan bello y esa corriente de agua), pero la semilla
estaba plantada. Y creció. Creación cuando a alguien segu-
ramente más inútil que ningún otro, pero sin dudad inteligente,
se le iluminó la idea de aprovechar las movidas
naturales del planeta para su propio beneficio ( esta idea
debe ser contemporánea de la de crear “defensas” contra
los vecinos), o sea, manejar a los dioses, que, hasta
entonces se habían limitado a estar ahí y no
se habían preocupado aún de pasar factura por los
supuestos beneficios que nos reportaban.