Vencer al miedo y mis taquicardias reflejas
que me entran cuando me explota la cabeza,
escribo llorando, suplicando, rogando
que los versos me alivien,
y cuando llega el final
todo vuelve al mismo sitio
de donde no se podía arrancar;
y sigo odiando mirando al vidrio
mientras me digo
que escriba algo más bonito, más puro
más intenso, más perfecto;
pero acabo siempre volviendo a empezar
igual que cuando me despierto
y siento encima mio el universo,
empiezo de nuevo si mi cuerpo
ya no es lo que siento
empiezo cuando termino
y termino cuando muero,
empiezo comenzando
con lloros muy intensos;
prosigo buscando el alivio
y lo encuentro en medio
de un oasis perdido
en una efímera casualidad;
encuentro aire en un segundo
que vacía y llena de felicidad;
prosigo,
hasta que entro en el éxtasis
de reirme del mundo.
Ignorando mi vida,
haciéndola de mentira.
estando demasiado viva:
con heridas abiertas
que no se curan
solo se infectan.
Cecilia Suárez Lastra