Solo la pared frente a mi cama
sabe lo que pienso.
Solo la silla del rincón
conoce el porqué de mis lágrimas.
Solo el lecho cálido
aborta mis revoluciones.
Las piezas del rompecabezas
empiezan a pensar,
a deformarse: ya no closan entre sí.
Pero…¿es tarde?
Solo el futuro expuesto:
tú y yo en la nada.