Una gota salta desde el vértice, galopa raya a raya
Hasta diluirse en algarabía de colores en cualquier
esquina.
A brochazos.
¡Hey hombre! Salpica un pedacito de tu alma en el
papel.
Sube. Sube. Cambia. Sube.
Algo se entrecruza en la mitad aritmética del lienzo.
Basculando en el si y en el no. De forma patética se
inclina
A la izquierda subir, a trazos, por debajo de sí
misma.
Y, rizando el rizo, encuentra la agonía en el principio.
Con golpes de canela suave.
Surge.
Estalla el blanco en pedazos y el negro sangriento
Resbala por la herida. El rojo ya es azul, n poco
mate.
Ahora brilla la hierba por entre el caos, se abre paso
Y ya todo es verdor. verdes colores atrigados flotan
En capas. Espacios superpuestos se aúnan. Se escapa
el ocre.
Algo grita.
Y un golpe brusco no accidental amasa luces en líneas
Que se buscan, coinciden y escapan de sí mismas.
Un poco de música.
Desiertos de luces. Abstracción de soles rectilíneos.
Alboradas inalcanzables, focos lumínicos engañosos te
espían en secreto.
Esto es un mano a mano, señores:
¡SALUD! Amalio Gran 30 enero 1980