Si todo lo constante lo hemos convertido
En babeante rutina ilusoria de felices tiempos
Que repta (burlesca) siseando por las paredes del llanto
Si después del letargo de las ansias
Y de las esperanzas, y de la locura, y de la risa,
Después del sueño de tantos infinitos
Si aún sabiendo que las piernas de barro
Ya se han olvidado de lo que es caminar
Y ya no saben andar acariciando la yerba
Si consiguiendo recordar el significado de la aurora
Siendo capaces de sonreír a un sol
Al tiempo que observamos nacer una nueva madrugada
Si aún después de tener una conciencia que escapa
Aún después de todos los dedos que fueron cercenados
ante nuestros ojos
No somos capaces de golpear la barricada del odio
Quisiera que al menos no olvidáramos el suicidio.