Hace noche de ayer,
de espacio olvidado:
las vibraciones
tiemblan en el mismo espectro,
tímidas, rozando
eso que jamás se atreverán a mostrar.
Hace noche de rabia
con caras que se multiplican
frente a mis ojos,
en la pared, bajo de la cama,
mirando por la ventana desde la nube,
en la sopa, en el espejo…
y no son caras nuevas,
son las que acosan:
los fallos, los disfraces
con que me adorno,
las alegrías, la prisa,
el amor tardío…
miro a las uñas
y veo diez caras diferentes.