La capital del mundo soy yo.
Confluyen
los golpes de agua en lágrimas,
los mares en furia, en rabia la tinta,
en tenue histeria la lluvia.
Asumo
el seco calor de la arena
y de la montaña su inalcanzable altura.
La capital del mundo soy yo.
Confluyen
los golpes de agua en lágrimas,
los mares en furia, en rabia la tinta,
en tenue histeria la lluvia.
Asumo
el seco calor de la arena
y de la montaña su inalcanzable altura.