Por debajo del agua
no hay nada
(no sombra, no pasado, no sangre),
por encima del agua
no hay nada
(no casa, no tierra, no grito).
La vuelta imaginada es larga penitencia,
camuflaje de imposibles,
no hay vuelta (no casa),
ahora la tierra es vacío,
el nombre archivo,
y no hay nada
(grito escuchado por nadie).
Y si se pregunta a la memoria
la memoria es azufre y plomo y lejana lágrima,
y no hay nada,
(salvo una eterna espera
al otro lado de la valla,
salvo gas y lluvia como castigo).
Y no hay nada,
nada que pueda recuperarse
de entre el martilleo y la pólvora,
mi casa
la ruina donde florecían esperanzas,
mi casa
todo lugar que ya no es mapa,
que solo es exilio
y caminar hacia el mar
(camino inagotable).
Mi casa que era patria
y solo es escombro al lado de otro,
mi casa
(¿mi patria?
lugar irrecuperable)
Adrián Serrano Sanz